Este año no estoy participando en retos por razones de tiempo y dedicación, pero el Parrandón Navideño que organiza cada año Angélica, del blog Bizcochos y sancochos, es algo que no me gusta perderme. Con este ya son tres años que participo; el primero fue con una sopa de picadillo y el segundo con un schokoladenbrot.
Para esta edición "de mi cocina a tu mesa" he querido volver a mi niñez. Veréis...yo no soy de muchos dulces navideños, por no decir de ninguno. Me gusta mucho el turrón de Alicante y el de chocolate pero recuerdo que cuando mi abuela compraba las cajas de surtidos de dulces por Navidad, yo apenas comía nada. Y mi hermano Nacho tampoco...si no había roscos de vino. Porque si había ¡el se los comía todos! Y el otro día, cuando recibí el correo de Angélica, me acordé y decidí preparar mi propia versión.
Vaya por delante que encontrar Moscatel para preparar los tradicionales roscos de vino es casi imposible aquí. No importa, lo sustituimos por vermú. Vaya también por delante que mis cortapastas para hacer los roscos son de unas dimensiones mayores que los que debería usar. No importa, tenemos roscos personalizados. ¿Resultado? Unos dulces que os traigo con mucho cariño y que en casa han encantado. Prometo que probaré a hacerlos "mas tradicionales" en cuanto consiga el vino 😊
Ingredientes: 300 g harina; 10 g semillas de sésamo; 1 cucharadita semillas de anís; 100 g mantequilla; 70 g azúcar; 120 g vermú rojo; ralladura de naranja; azúcar glas.
Preparación: Empezamos tostando la harina en una sartén grande (sin nada de aceite), con cuidado que no se queme y sin dejar de mover, durante 10 minutos. Dejar enfriar y tamizar (muy importante para eliminar grumos).
Tostar el sésamo de igual manera durante 5 minutos. Dejar enfriar.
Rallar la piel de una naranja y reservar. Dejar la mantequilla a temperatura ambiente para que se ablande.
En el robot de cocina triturar el azúcar junto con la ralladura de naranja y el sésamo para que quede más fino.
En el bol de la amasadora poner la harina tamizada y mezclar con el triturado de azúcar. Añadir la mantequilla y mezclar bien con las manos, integrando la mantequilla en la harina. Poner la pala de amasar y accionar el robot. Ir añadiendo el vermú poco a poco mientras se amasa hasta que la masa se despegue de las paredes.
Sacar a la superficie de trabajo y amasar con la mano para formar una bola (la masa tiene la consistencia de la plastilina). Colocar la masa encima de un papel de horno y aplastar con la mano en forma de disco. Colocar otro papel de horno encima y, con ayuda del rodillo, estirar la masa en una lámina. La mía ha quedado bastante fina, por eso los roscos son tan delgaditos.
Con ayuda de dos cortapastas circulares de diferente tamaño formar los discos que pasaremos, con cuidado, a una bandeja de horno sin forrar. Con el resto de la masa, volvemos a formar una bola y repetimos la operación una segunda vez. A mi me han salido 16 roscos y me ha sobrado masa que he reciclado para otro dulce.
Hornear los roscos a 180 ºC (calor arriba y abajo sin ventilador) durante 14 minutos. Sacar con cuidado de no romperlos a un plato para que se entibien y, antes de que se enfríen por completo, rebozar por ambos lados con azúcar glas. ¡Listos para degustar durante estas fiestas!
Pues con esta receta tan deliciosa participo en el Quinto Parrandón Navideño y aquí podéis ver las demás participaciones. ¡Gracias Angélica por pensar de nuevo en mi! ¡Te deseo unas Felices Fiestas!