¡Hoy estoy orgullosa de mi misma! Está claro que si quieres superar un obstáculo no vale de nada evitarlo, has de enfrentarte a el con tus mejores armas y tratar de solventarlo...¿Por que digo esto? bueno, ya os comenté que los arroces no son mi fuerte...al menos, no hasta ahora :-) Pero hoy me ha salido una receta de 10, está mal que yo lo diga, ¡pero es que estaba de morirse!
Tengo un amigo, Pau, que es un experto en los arroces y hace unos días tomaba café con el y me contaba sus secretos y yo mis penurias cn los arroces...Así que hoy me decidí a poner en práctica sus consejos para que el arroz me saliera en su punto...¡y vaya si ha salido! Pau, eres un crack, ¡GRACIAS! A partir de ahora se acabó el miedo a que me salga mal...Y ahora, vamos con la receta...
Ingredientes: 200 g arroz; 2 zanahorias; 1 berenjena pequeña; 1 calabacín mediano; 1/2 pimiento rojo; 1 pechuga pollo; 600 ml caldo de pollo; aceite; 3 dientes ajo; 1 ramita tomillo; sal; pimienta; colorante.
Preparación: Raspar las zanahorias. Despuntar y pelar la berenjena (del huerto de mi vecina Trini). Limpiar el pimiento de semillas. Pelar el calabacín. Cortar todas las verduras en daditos pequeños. Pelar y picar los ajos. En una paellera pequeña poner una base de aceite y sofreir los ajitos junto a las verduras a fuego medio hasta que empiecen a estar tiernas.
Limpiar el pollo, trocearlo en daditos e incorporar a las verduras. Sofreir durante unos minutos y salpimentar. Incorporar el arroz (yo he utilizado el SOS) y rehogar todo junto durante unos minutos. Añadir el caldo caliente, un poco de colorante y el tomillo desmenuzado y dejar cocer a fuego medio durante 9 minutos.
Mientras, precalentar el horno a 180 ºC poniendo arriba y abajo y con ventilación. Pasados los 9 minutos de cocción en el fuego (en mi caso, en la vitrocerámica en el nº 6) introducir la paellera en el horno y cocinar durante 8 minutos más.
Sacar la paellera del horno, tapar con un paño de cocna y dejar reposar durante 5 minutos. Servir el arroz ¡que está en su punto! acompañado de limón.
El arroz listo después de reposar
¡Madre mía! ¡qué ganas de hincarle el diente!